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Milei se ató a Caputo, el futuro jefe de Gabinete y la regla de tres de Wall Street

Javier Milei estaba en la intimidad. Fue la noche de su cumple: “El domingo se van a tener que arrepentir”. Lo dijo contra todos los que advierten de su endeble gestión. Se refería a los políticos, empresarios y periodistas que, según su insólita teoría conspirativa, actúan contra su gestión. Milei está convencido de que el domingo gana.

Por eso, Javo estaba distendido. En Olivos, Milei estaba feliz. Exultante porque -según afirma- las últimas encuestas reflejan que acortó en Buenos Aires y que puede haber un batacazo electoral a su favor en el total país. También el exitismo de esta semana lo alimentó un eufórico Toto Caputo: “Javo, el dólar va a bajar desde el lunes”. El colmo se confirmó el miércoles en la Bolsa de Cereales. Estuvieron dos de sus emisarios: Pablo Levigne y Juan Pazo.

Al capo de Arca le encanta hacer declaraciones rimbombantes: “El dólar de equilibrio esta en $1250”. Era el valor que tenía cuando Toto utilizó su fatídica frase: “No te la pierdas, campeón”.

Federico Aurelio preparó – a mediados de semana – un último informe al equipo de Milei. Ese trabajo reconoce una derrota dura – pero menor a la de septiembre – en PBA y un “cabeza a cabeza” en Córdoba. Concluye optimista: que habría un empate técnico y – no descarta – hasta un leve triunfo libertario en el global país.

Los “lobos” de Wall Street contrataron a varias consultoras. Existe de todo entre los “tops” de opinión. Hablan de un triunfo peronista 38 a 34. Y también de un resultado parejo en torno – arriba y abajo – al 35%.

Los banqueros usan la “tabla del tres” electoral. La formula existe para evaluar el impacto financiero de la elección. Habría euforia en caso de que Milei ganara y se ubicara entre el 35 y el 40%.

En caso de que hubiera un empate en 35% no se afectarían los mercados. Pero, en cambio, la reacción sería negativa con una votación cercana al 30%. Los “lobos” de Manhattan no consumen “el humo” del aparato publicitario de Santiago Caputo.

Por eso son cautos. En sus informes secretos reconocen una cuestión: Milei va a la elección sin indicadores económicos favorables, a excepción de la fuerte baja de la inflación. Los banqueros sostienen que la votación convivirá con cuatro factores adversos. Primero, se vota en medio de una inestabilidad cambiaria: ayer hubo otra fuerte intervención para que no se escape el billete. En unos meses se patinaron U$S 5.500 palos verdes. También Santiago Bausili aumentó la intervención en el dólar futuro. En septiembre fue de U$S 6.800 millones y la cuenta siguió en octubre.

Segundo, se paralizó el crédito y las tasas están en las nubes. Tercero, existe retracción salarial y, por último, la actividad económica entró – técnicamente – en recesión.

Estamos lejos de la predicción de Milei: “Vamos a crecer como pedo de buzo”. Encima, la incontinencia verbal de Trump no ayudó: “Argentina se está muriendo…”. En el “círculo rojo” pretenden conocer solo dos claves centrales. Una es económica: ¿cuál será la futura política cambiaria? Insisten con esto, porque es obvio que para aumentar reservas, se necesita modificar una estrategia que impidió acumular dólares en el BCRA.

La otra es política: cómo se resuelve la furiosa pelea política entre Karina y Santiago y – en consecuencia – cómo queda conformado el Gabinete. Ayer, la designación de Pablo Quirno confirmó una cuestión central: Milei se ató a “Toto” y le otorgó más poder a los “Totoboys”. El nombramiento – además – está relacionado al apoyo de la Casa Blanca. Quirno fue un interlocutor privilegiado en la negociación del salvataje con Scott Bessent y el Tesoro avala el plan financiero de los “Totoboys”.

Gerardo Werthein decidió adelantar su salida después de un frustrante encuentro a solas con Milei. El viernes Clarín anticipó que se iba. La reunión habría sido precisamente el último viernes. El ex canciller llegó hecho una furia y criticó las zancadillas políticas del Pibe. Werthein tuvo una paupérrima gestión. Pero no soportó que tuiteros insignificantes – y con sueldo estatal – lo destrozaran por orden de Peaky Blinders a causa de los desaguisados en el encuentro con Donald Trump.

También, Werthein alertó a Milei que había recibido amenazas de “carpetazos” y, al final, buscó un apoyo político explícito del Presidente. Javo lo escuchó y le respondió vaguedades. Werthein se fue con sabor amargo y la convicción de que ya estaba afuera. Renunció unos días después. Werthein repetía entre íntimos: “a mi no me ningunean”. Así, le jugó una mala pasada a Milei.

El ex canciller se la dejó servida al Pibe. Santiago se siente más cómodo y quiere seguir construyendo una “diplomacia paralela” con Washington a través de su asesor – está contratado por la SIDE – Leonardo Scatturice.

Los cambios profundizaron la durísima pelea de poder entre el Pibe y la hermanísima. En la picota está Guillermo Francos.

Ahora, Karina juega fuerte para bloquear los intentos de “Santi”, que aspira a ocupar la Jefatura de Gabinete. Estuvo haciendo campaña política para eso. Clarín confirmó que la Hermanísima le propuso a Milei lo siguiente: que el futuro Jefe de Ministros sea Manuel Adorni. Karina – también – habría tomado distancia con los primos Menen. Les reprocha sus desdichas y su descrédito social. Solo tiene un 17% de imagen positiva.

El Pibe va a responder a Karina con munición gruesa: el emisario Barry Bennet. El supuesto asesor de la Casa Blanca vuelve en misión política: estará desde hoy en Baires, para influir sobre el recambio de gabinete y, en especial, ayudar a Peaky Blinders. Está vinculado a Scatturice.

Bennet propicia que Milei haga lo contrario a lo que hizo desde que asumió la Casa Rosada. Dice que Washington pretende que no insulte, no se pelee y “negocie” un frente solido de gobernabilidad.

Los potenciales ministros ya se conocen. Sebastián Amerio iría a Justicia: operó, sin suerte, el recambio de la Corte Suprema y dejó colgados del pincel a varios jueces.

También en la nómina están Guillermo Montenegro, Cristian Ritondo y Diego Santilli. La cuestión de Mauricio Macri se enfrió en la última semana. Patricia Bullrich acusa a los Macri – Mauri y Jorge – de sabotear su candidatura e intentar que la ministra saque el menor caudal de votos. El trío disputa el liderazgo en la Ciudad de Buenos Aires. Se conoce que Mauricio pidió para que Guille Dietrich sea ministro de Transportes. Ambos se sacaron una sugerente foto, con aviones. Pero surgió un imprevisto político: la influyente Pilar Ramírez – y su marido Darío Wasserman – militan contra el ex ministro de Transporte.

Ambos están apañados por Karina. Ramírez no le perdona a Dietrich que la haya echado de Aerolíneas Argentinas, acusándola de kirchnerista. El rencor viene desde la época de Macri. Encima, ahora se viene una definición clave sobre la Hidrovía. En sectores políticos quieren fraccionar la licitación en tres partes.

Insisten en que habría un acuerdo para acelerar las licitaciones. La versión preocupó a la Mesa de Enlace y a las “multi” cerealeras. El “campo” dice que fraccionar la Hidrovía va a encarecer los costos de las exportaciones. La cuestión circuló en el último encuentro de IDEA. Pero en Mar del Plata hubo de todo. Hasta una desopilante cena de 10 capos empresarios que casi termina a las trompadas. Ocurrió el jueves a la noche. Fue después de una dura discusión y cuando Rosendo Grobocopatel destrató a varios popes fabriles. “Grobo”, en duros términos, los acusó de no defender el modelo. Martín Rapallini no aguantó más. Hubo amagues y le dijo, desafiante: “vos nos tenés que respetar”.

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