Queremos también rezar en esta misa, y lo decíamos cuando invitábamos a participar de ella, por aquellas personas que han
fallecido víctimas del suicidio. ver video
Lamentablemente muchas familias de nuestra comunidad en este último tiempo han tenido que despedir seres queridos que han muerto de esta manera. Y se ha despertado en toda la comunidad un gran signo de pregunta:
¿qué nos pasa? qué estas situaciones tener que acompañar la partida de personas muy jóvenes que por el suicidio se nos van?
Lo primero es volver a remarcar esto.Son víctimas, no toman decisiones.
Son víctimas de una enfermedad como tantas otras que hacen que se llegue a ese desenlace pero que ellos atraviesan interiormente en la previa de esta situación por un camino que solo Dios conoce y si nosotros tenemos que acompañar con la oración a esa persona que el dolor, la tristeza por la partida, para que ese dolor no sea vacío, inútil.
Porque para toda muerte Cristo vuelve a decirnos yo he vencido y yo he resucitado.
En segundo lugar, tenemos que hablar de este tema para ayudar a personas que quizás estén atravesando también por este flagelo, por esta enfermedad de que este problema de nuestra salud mental en sociedades tan fragmentadas,
tan individualistas, tan impregnadas por el «sálvese quien pueda» muchas veces cuesta encontrar con quien hablar de
esto, a quien compartirle esta inquietud.
Por supuesto que el primer lugar es la familia, la casa. A veces las realidades que nos golpean así, con tanta secuencia de casos, de hechos, nos tienen que despertar y decir, bueno, si hay alguien en la familia que atravesó por esto en algún momento, también compartirlo.[…]También acercarse a los centros de salud, acercarse a la parroquia, acercarse a alguna persona[…]con la cual yo sé que me va a comprender si estoy atravesando por esto.
Y si alguien logró vencer y superar algún episodio que le tocó vivir personalmente como tentación, como pasar por esa depresión que a veces se desenlaza en el suicidio también poder aportar el testimonio y la ayuda.
Todos los males se pueden vencer si nos ayudamos entre todos.Nadie se salva solo en ningún aspecto de la vida y en ningún lugar del mundo.
Y así como la segunda lectura nos recordaba que todos somos llamados a revestirnos de Cristo.
Todos tenemos que seguir también las huellas de Jesús. Que van venciendo todo dolor, toda enfermedad todo flagelo que atraviesa el alma de tantas personas[…]que por diversas circunstancias a veces pueden ver la muerte como una solución.
Nosotros queremos hacer que la vida que Dios nos regaló pueda ser una vida que no solamente la vivamos plenamente desde hoy, desde que nacimos, desde que fuimos concebidos en la panza de nuestra mamá y hasta el fin de nuestros días.
Nosotros queremos honrar esta vida también con este regalo que Cristo resucitado nos hace.
Desde el bautismo tenemos la eternidad por delante.
Después de los años que Dios nos regale hacia adelante, toda la eternidad será para vivir y gozar.
Y ayudémonos entre todos a caminar juntos, a sostenernos, a levantarnos, a sanarnos, para que esta vida pueda también ser vivida plenamente.[…]Rezamos entonces para que el Señor no solamente reciba en su casa a nuestros seres queridos difuntos sino que por sobre todas las cosas nos regale a cada uno peregrino que camina en esta tierra el sentido pleno de la vida.[…]La misión que Dios nos confió.El camino que debemos recorrer cumpliendo siempre su voluntad.
Y ayudando a aquel hermano que al borde del camino necesita ayuda para que también se levante y con Jesús todos caminemos hacia esta promesa que nos ilumina el camino de la vida.















Dejar un comentario